lunes, 1 de mayo de 2017

Otra versión de La Dama de Negro



En este relato podrán conocer una versión, diferente a la anterior, acerca de la leyenda de La Dama de Negro.


Hace más de cien años existió, a las afueras de un pueblo del occidente de nuestro país, un hospital para enfermos mentales. Cuenta la leyenda que los pobladores vivían atemorizados por la sola idea de que uno de los pacientes de este nosocomio se escapara, por lo que exigieron a las autoridades que lo trasladaran a otro lugar.

Como pocas veces sucede la voz de los pobladores fue escuchada, y poco a poco los pacientes y el personal fueron reubicados en otras instalaciones hasta que el hospital estuvo vacío. Pero en el pueblo empezó a correr el rumor que los pacientes más peligros habían sido abandonados a su suerte dentro del recinto que los albergaba.

Una noche uno de ex trabajadores de ese hospital bebía en una de las cantinas del pueblo y relató cómo habían encadenado a sus camas a los pacientes e insonorizado las habitaciones para que nadie pudiera escuchar los gritos de auxilio de estos pobres. También explicó, que en un principio la idea era demoler el edificio con los enfermos adentro. Situación que nunca sucedió y por lo cual se condenó a los internos a una muerte lenta y dolorosa. Los que lo escucharon  entraron en pánico y el rumor que antes solo era eso, se confirmó.

A las semanas de que este ex trabajador relatara lo sucedido en este centro psiquiátrico, los pobladores empezaron a escuchar gritos de angustia y desesperación que provenían del hospital. La situación se complicó más porque durante las noches las aves empezaron a desaparecer de sus corrales, nadie podía explicar que era lo que sucedía, o más bien, era que nadie quería hablar por miedo a lo que sabían.

Luego de unos días fue el ganado el que comenzó a desaparecer, pero la diferencia fue que esta vez encontraron rastros de sangre que llegaban hasta las puertas del psiquiátrico. No podían explicarse que era lo que sucedía ya que para esas alturas los pacientes ya deberían de haber muerto. Hubo quien se atrevió a hablar, era Esteban, él aseguró haber visto durante las noches a una mujer vestida toda de negro, de aspecto fantasmal, con una daga en la mano con la que destripaba a los animales. Indicó como la vio tomar partes de los animales que mataba y desaparecer flotando en el camino que llevaba al hospital.

Pasaron los meses y esta situación no tenía fin, por lo que los pobladores decidieron terminar con este problema fuera como fuera. Se organizaron y montaron guardia por varias semanas, hasta que en la víspera de año nuevo uno de los vigilantes encontró al perpetrador asesinando a una vaca.

Se dio la voz de alerta y en pocos segundos llegaron todos los pobladores, quienes quedaron atónitos frente a una figura cubierta con una capa negra, que flotaba a unos centímetros del suelo, con una daga en la mano con la que degollaba al pobre animal.
Con una velocidad increíble la figura desapareció rumbo al hospital al verse descubierta.
Todos los vecinos la persiguieron. Entraron de forma violenta al edificio, pero quedaron petrificados al ver frente a ellos decenas de cuerpos con el pellejo pegado a los huesos, y los pisos infestados de sangre y suciedad.

Frente a los pacientes flotaba con la daga en la mano esa Dama de Negro con actitud protectora. Los pobladores huyeron despavoridos y a partir de ese día cada víspera de fin de año llevan a las puertas del hospital gallinas, cerdos y vacas. Dicen los viejos del pueblo que gracias a esas ofrendas los gritos que provenía del edificio nunca más se volvieron a oír.

Adaptación de Giancarlo Tribiani

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