Transcurrió una semana más en la agitada vida de los
ciudadanos de este país, vimos como la vida de los oficiales de la PNC fue
segada por la delincuencia, leímos acerca de la problemática que enfrentan los
usuarios del transporte urbano y extraurbano, escuchamos como los diputados
quieren realizar reformas a la constitución, pero no se ponen de acuerdo (¿Será
que estas reformas están enfocadas a mejorar la vida de los guatemaltecos y
guatemaltecas?), nos enteramos de la fuga de una criminal condenada; de una de
las supuestas cárceles de mayor seguridad de nuestro país y para colocarle la
cereza al pastel la falta de recursos para ganarnos la vida honradamente sigue disminuyendo.
Después de una
semana como la que vivimos es difícil no aceptar que nuestro país está
hundiéndose en un pantano, que lo poco que podemos rescatar nos lo quieren
arrebatar y que quienes deberían estar actuando para ayudarnos simplemente
siguen cruzados de brazos y sentados detrás de en un elegante escritorio sin
hacer nada.
No quiero
caer en un discurso repetitivo, pero si no abrimos los ojos y actuamos para
exigir a cada una de las entidades encargadas de llevar las riendas de este
país que actúen como es debido, en poco tiempo nuestra nación estará totalmente
perdida.
Recordemos
que podemos aportar un cambio a nuestro país, no sólo con manifestarnos en la
Plaza Central, sino también creando conciencia con los que están a nuestro
alrededor y hacerles ver que Guatemala tiene voz y es el momento en que debemos
ser escuchados.
Ya no
permitamos que nos obliguen a vivir en la incertidumbre, ya no permitamos que
el salir de nuestros hogares sea una odisea, pero sobre todo ya no permitamos
que nos pisoteen y nos sigan mintiendo como si fuéramos una parvada de
ignorantes, porque no lo somos, somos un nación orgullosa que ha demostrado ser
fuerte en los momentos en que más lo hemos necesitado.
Por Giancarlo
Tribiani
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