Pascual Abaj es una deidad maya hecha de piedra, que se encuentra en un altar sobre la cima de la colina Turk'aj (nombre quiché que significa lugar sagrado o piedra sagrada). En este lugar existe un fuerte sincretismo religioso, por la unión de las creencias mayas y elementos católicos. El cerro se encuentra al sur del municipio de Chichicastenango en el departamento de El Quiché.
Altar de Pascual Abaj, en donde se pueden ver cruces. Fotografía: Aquaventure - Wordpress |
De camino al altar de Pascual Abaj se localiza el Museo de Máscaras Ceremoniales, lugar en el que se encuentran las máscaras de madera que se utilizan para las danzas, así como los trajes e indumentaria que acompañan el conjunto.
En el altar los chamanes realizan ceremonias en honor a
esta deidad. Los creyentes piden que se interceda ante el Abaj por sus situaciones, ya sean económicas, de salud o de amor.
Entre las ofrendas que se le presentan podemos mencionar: candelas con colores
para cada petición, cigarros, aguardiente, inciensos, frutas y en algunos casos
hasta el sacrificio de gallinas. El lugar también es visitado por parejas que
se van a casar. Los fieles de Pascual Abaj
lo consideran el dios de la fertilidad, así como de la tierra y la lluvia.
Pascual Abaj en 1948, antes de poseer elementos católicos. Fotografía: Janice Waltzer - Flickr |
Este lugar se encuentra lleno de historias y leyendas. Algunos creen que Pascual Abaj fue un curandero que acabó convertido en piedra y por eso puede sanar a las personas. Otra versión de su origen se encuentra en el dios maya Huyup Tak’ah, a quien le fue hecho un santuario para ayudar a las personas.
La historia real es que la deidad de piedra se encontraba
al centro de Chichicastenango, pero en 1540 los conquistadores españoles iban a
destruirlo para construir el actual templo de Santo Tomás, así que los
pobladores lograron sacarlo a escondidas y lo mantuvieron oculto durante diez
años. En 1550 lo llevaron a la cima de la colina para continuar con sus
ceremonias religiosas.
El altar de Pascual Abaj
fue abierto al público en 1970 y es visitado por muchos turistas interesados en
la antropología y culturas ancestrales, debiendo mantener durante las
ceremonias una distancia prudencial, respeto y silencio. Los alrededores
también son famosos por sus bosques, senderos, paisajes, flora y fauna.
En los siguientes párrafos se muestra información
relevante acerca de Pascual Abaj que
encontró Robert M. Carmack:
El ídolo se
encontraba sobre un pequeño altar, rodeado de artefactos de piedra, cruces,
ramas de pino, flores y copal recién ofrendados. Los shamanes (chuch qajaw)
rezaban allí de día y de noche a favor de sus clientes:
Oh, tú, Corazón del
Cielo. ¿Qué hizo Sakic (un cliente ciego) para que le quitaras la vista? Es
honorable, trabajador; cumple sus deberes en el poblado, como hijo del poblado;
y cumple su deber ante ti, como fiel creyente; es un buen esposo, magnífico
padre que cuida a sus hijos; y siendo hijo, era respetuoso de sus
antepasados... ¿Qué pecados ocultas de Sakic? ¿Por qué le quitaste el
maravilloso don de la vista, de verte aquí, de verte en la montaña, en el
cielo, en el árbol; de admirarte en la luz, en el sol, en el río? Complétale
sus ojos otra vez (Rodas y Rodas, 1938: págs. 18 y 19).
Termer (1957: pág.
174) afirmó que el altar de Pascual Abaj fue el vestigio nativo más
impresionante que vio en Guatemala. Se quemaba incienso de copal (pom) sobre el
antiguo altar (tanab’al) y se tocaba el viejo tambor de tronco (q’ojom). Carmack,
Robert M. (2001): Evolución del reino K’iche’ (pág. 445).
Fuentes:
http://www.deguate.com/artman/publish/Quiche/cerro-pascual-abaj.shtml
https://es.wikipedia.org/wiki/Pascual_Abaj
http://www.guatemala-tourisme.info/espagnol/chichicastenango/chichi_pascual_abaj.htm
Por Charlie Brandigamo
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