Es hilarante que como sociedad nos hayamos visto indignados
porque El “Honorable” Comité de Huelga
de la USAC publicara que para la declaratoria general iban a participar
en su celebración dos cantantes de reguetón. ¿No sería una mejor postura que
como pueblo nos indignáramos por la corrupción que impera en esta casa de
estudio? Además ¿de qué nos podemos quejar, si desde hace 17 años que la Huelga
ha ido decayendo y se ha convertido en un pretexto más para embriagarse dentro
de las instalaciones de la Universidad? Para que los llamados “la voz del
pueblo” extorsionen estudiantes, vendedores, para que amedrenten y hasta en
muchos casos golpeen a los que no colaboran.
Preguntémonos, ¿esas son las personas qué queremos
representen a nuestro país?
Creo que la respuesta de muchos será NO. Entonces si como
sociedad y estudiantes deseamos un cambio dentro de la USAC el primer paso que
debemos dar es dejar por un lado la indiferencia hacia los problemas que están
consumiendo a esta casa de estudio.
El pueblo no debe olvidar que gracias al pago de sus
impuestos es que muchos hemos logrado tener una educación universitaria, por lo
que tienen todo el derecho de cuestionar el actuar tanto de los estudiantes,
dirigentes, docentes y a las autoridades encargadas de administrar la
Universidad.
Los estudiantes no podemos volver la cara ante los abusos
que se comenten en nuestras facultades, abusos que van desde los dirigentes de
las Asociaciones hasta el Decano. Como representantes del pueblo es hora de
perder el miedo y dejar la mentalidad de borrego. Es el momento de analizar,
proponer y exigir una reestructuración dentro de la USAC, pero sobre todo
volver a levantar el nombre de nuestra Universidad y dejar de ser el reflejo
decadente de algunos pocos que hacen llamar “estudiantes”.
Recuperemos el alma y los ideales de la Universidad, pero no
solo para los tiempos de Huelga.
Por Giancarlo Tribiani
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