Oliverio
Castañeda de León nació el 12 de octubre de 1955 en la ciudad de Guatemala y realizó
sus estudios en el Colegio Americano. Luego de graduarse fue enviado como
estudiante de intercambio a Inglaterra, la idea de sus padres era que
perfeccionara su inglés. Se dice que durante este viaje conoció personas que
influenciaron en su forma de pensar.
Al
regresar a Guatemala ingresó a la Universidad de San Carlos a estudiar Economía.
En ese momento los movimientos sociales estaban teniendo repercusión en los
acontecimientos que estaban sucediendo en el país, lo que lo motivó a acercarse
a la Asociación de Estudiantes de Ciencias Económicas AECE; sus compañeros no
tardaron en reconocer sus capacidades como líder.
Por
la dedicación que demostró en las actividades de la AECE, en 1977 la Asociación
de Estudiantes Universitarios AEU lo nombró secretario de Finanzas. Por su
excelente labor en este puesto decidieron nombrarlo candidato para ser Secretario
General de la AEU, y aunque era muy joven y apenas tenía un año en la Asociación
recibió todo el apoyo del Grupo
Estudiantil Frente; que era el movimiento de estudiantes más grande en esa
época, de esa manera el 22 mayo de 1978 fue nombrado Secretario General de la
AEU.
Oliverio
Castañeda no tardó en demostrar que era un verdadero líder ya que luego de la
masacre de Panzos, ocurrida el 29 de mayo de 1978, organizó una manifestación
que encabezó junto a la población indígena. En ella exigieron al Gobierno que
cumpliera con los siguientes puntos: que se permitiera el ingreso a los medios
de comunicación al área de la masacre, que los estudiantes de Medicina y la
Cruz Roja pudieran prestar ayuda a los heridos y la autorización para
entrevistar a seis soldados que habían sido heridos. Dada la presión que tuvo
el Gobierno, éste se vio obligado a cumplir con las demandas.
Luego
del éxito de esta marcha, Oliverio Castañeda fue invitado a formar parte del
Comité de Energía de los Trabajadores del Estado CETE, donde desempeñó un papel
importante al organizar una huelga de 15 días en contra del aumento al pasaje
urbano. Las manifestaciones dejaron como saldo varias personas heridas y otras
arrestadas, situación que obligó al Gobierno dar marcha atrás en su decisión de
aumentar el precio al pasaje y también lo llevó a decretar lo que hasta hoy se
conoce como el subsidio al transporte urbano.
Tras
estos logros obtenidos por la AEU y el CETE se comenzó una persecución en
contra de los dirigentes estudiantiles. Algunos fueron destituidos de sus
cargos, otros arrestados y en el peor de los casos asesinados. El 19 de octubre
de 1978 se filtró una lista con 39 nombres de dirigentes amenazados de muerte
por el Ejército Secreto Anticomunista en la cual aparecía el nombre de Oliverio
Castañeda.
Debido
a esta situación la AEU tomó medidas para proteger a su Secretario General, una
de estas fue la de no participar en la marcha del 20 de octubre. La decisión de
no ser parte de la manifestación también tuvo otro motivo, el cual fue que el
presidente de ese entonces Romeo Lucas García, en cadena nacional, acusó a la
Universidad de San Carlos de participar en actividades armadas junto a la
guerrilla.
La
decisión de no ser parte de la marcha no fue acatada, y en la novena calle y
sexta avenida se une a la manifestación el dirigente estudiantil Oliverio
Castañeda, quien fue llevado hacia la concha del Parque Central y es en ese
momento en el que da uno de sus discursos más emotivos, pero en el que también
llama asesino al ministro de gobernación de ese entonces Donaldo Álvarez Ruíz;
a quien acusa de la persecución y asesinato de sus compañeros.
Al
finalizar la marcha, a la 13:00 horas, Oliverio Castañeda se retira del lugar
junto a unos compañeros de estudio, pero al llegar al edificio de la Empresa
Eléctrica de Guatemala son emboscados por unos hombres que descendieron de un
vehículo y empezaron a disparar en contra de ellos. Oliverio Castañeda fue
alcanzado por uno de los proyectiles y cayó herido en la entrada al Pasaje
Rubio; donde luego de recibir tres disparos más en la espalda es ultimado con
el tiro de gracia. El líder estudiantil falleció ese 20 de octubre a la 01:20 de
la tarde, su asesinato nunca fue esclarecido y sus últimas palabras fueron: mientras haya pueblo, habrá revolución.
Por
Carlos Villegas
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