El origen de
esta leyenda es bastante oscuro y nace de varias leyendas indígenas de
Guatemala. Existen varias versiones y cada una de ellas se adapta a la región
en la cual es contada, en algunos sitios cuentan que el El Tronchador es el producto de una relación entre un hombre y una
yegua. En otras que es un hombre con cara de vaca, y pies y manos como pezuñas.
Si bien el
personaje tiene diferentes características físicas en lo que si coinciden las
leyendas es en que su objetivo es matar a sus víctimas quebrándoles la espalda.
Acá les presentamos una versión acerca de esta leyenda guatemalteca.
Se dice que en
una finca que quedaba a las afueras de la cabecera de Santa Rosa trabajó un
hombre de un aspecto bastante peculiar, cuentan que era de baja estatura,
jorobado y con una mirada bastante diabólica.
Este hombre,
que muchos conocieron como Alberto, había llegado a trabajar a esta finca dos
meses antes que los sucesos que relataremos iniciaran. No tenía amigos y mucho
menos una familia, pero trabajaba en los establos de esta finca dándole de
comer a los caballos y al ganado bovino que allí guardaban. Nunca entabló
amistad con sus compañeros de trabajo, aunque sí se le veía por las noches en
las cantinas del pueblo.
Al par de
meses de haber llegado a trabajar a esta finca logró alquilar un pequeño
rancho, que se encontraba bastante retirado de la carretera y de otras
viviendas. Luego que él abandonara las viviendas de su lugar de trabajo, fue
que los asesinatos de El Tronchador
iniciaron.
La primera muerte
que ocurrió fue el fin de semana que se celebró la fiesta de fundación del
pueblo. Un pobre hombre que se dirigía a su casa, ya algo ebrio, apareció
muerto al día siguiente en el fondo de un barranco. Su muerte había sido
bastante violenta ya que fue encontrado tronchado, es decir, con la espalda
quebrada.
Los
habitantes del pueblo no tomaron enserio esta primera muerte, debido a que
pensaron que aquel hombre pudo haber caído de su caballo o que de lo ebrio que
iba se había desbarrancado.
Y como
sucede muchas veces la vida siguió como si nada, por una semana más, hasta que
encontraron en una misma noche, pero en diferentes lugares, tres cuerpos más.
Esta vez el de dos ancianos y un joven, la muerte de estas personas había sido
de la misma forma que la del primero; los tres estaban tronchados.
El pánico
invadió a todos los pobladores y se empezaron a organizar grupos que
patrullaban las calles del pueblo y sus alrededores. Situación que no sirvió de
mucho ya que cada semana aparecían entre cinco a seis cuerpos más.
Mientras
todo esto sucedía la vida de Alberto no parecía ser alterada por estos sucesos,
es más, algunos de los trabajadores de la finca contaron, tiempo después, que
siempre se le veía tranquilo y sobre todo sin preocupación alguna, pero que su
aspecto siniestro aumentaba con cada cadáver que aparecía.
Nunca se
sospechó de este personaje porque siempre se le veía ebrio después de terminada
su jornada laboral, además nadie pudo haber imaginado que con su constitución
física hubiera podido dominar a otro ser humano y menos asesinarlo de tal
forma.
Así pasaron varios
meses y casi llegadas las fiestas decembrinas, tanto los habitantes del pueblo
como sus autoridades no sabían cómo enfrentar este problema. Incluso llegaron a
pensar que toda celebración debía ser suspendida hasta que no se encontrara al
culpable de los asesinatos o por lo menos que estos cesaran.
No fue hasta
en las vísperas de la noche buena que una señora que vivía a las orillas de un
río que se encontraba cerca de esta finca vio como un ser sobrenatural entró a
su casa y quiso llevarse a su hijo, como pudo la señora arrebató al joven de
las pezuñas de tan siniestra bestia y se escondió con el muchacho en una de las
habitaciones de su casa.
Desde una
rendija que había entre los débiles muros de madera de la casa la señora y su
hijo observaron como la bestia, en su frenesí, derribaba todo lo que se
encontraba a su paso. En su desesperación decidieron atacar a la bestia
echándole el agua hirviendo que tenían en un molino de nixtamal. El hijo salió
primero de la habitación para distraer al animal y en cuanto éste se dio la
vuelta para atacarlo, la mamá del joven lo bañó con el agua hirviendo. El Tronchador al sentir que el agua le recorría
el cuerpo empezó a dar de alaridos, estos fueron tan fuertes que los vecinos
que estaban encargados del patrullaje esa noche llegaron hasta la casa de la
señora.
Al ver a la
bestia retorcerse de dolor la atacaron con piedras, palos y cualquier arma que
tuvieran a la mano; hasta que lograron matarla. Todos quedaron paralizados al
ver la forma física que tenía la bestia; su rostro era el de una vaca y sus
manos y pies eran parecidos a unas pezuñas, pero esto no fue todo ya que poco a
poco la bestia fue perdiendo esta forma hasta transformarse en Alberto, lo que
asustó más a todos los pobladores.
El cadáver
de este hombre fue quemado y sus cenizas enterradas en lo más profundo del
campo, aunque muchos pobladores dicen que aún, aunque muy de vez en cuando,
aparecen los cuerpos de animales y personas totalmente tronchados.
Adaptación
de Giancarlo Tribiani
Disen que un tronchador sale en una finca en pueblo se llama san reymundo de concecion del sipres
ResponderBorrarDisen que un tronchador sale en una finca en pueblo se llama san reymundo de concecion del sipres
ResponderBorrarEn purulhá baja verapaz aldea Mocuhan existió un tronchador, supuestamente fue producto de relación entre un humano y una vaca, según cuentan los pobladores a cierta edad la criatura se tenía que azotar 300 veces hasta que dijera papá, y luego esta cosa demoníaca haría todo lo que su amo le dijera
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