Se esconde,
entre el
bullicio cotidiano y las llamadas telefónicas,
entre las
miradas de aquellos que sospechan y no se atreven a cuestionar,
encogiendo
las manos si te me acercas en demasía,
para no
tocarte con toda la ventaja y alevosía;
detrás de la
puerta, entre mis libros, junto al lápiz y al borrador,
se esconde
esta pasión que siento por ti.
Se me
acurruca en el vientre adormecida junto a tus caricias,
y anda
bailando por los rincones con tus dedos finos de artista,
se obsesiona
con los giros repentinos de tus labios,
y se enreda
meditabunda en el parpadeo de tus pestañas.
Anda como
loca buscando tus amores,
pues la
despertaste después de un letargo silencioso y eterno,
se maravilla
así como sin querer con la abundancia de tus sabores,
y se esconde
nuevamente en tus silencios.
Reta al
viento a que la siga,
aunque el
aire no le entiende el porqué de la carrera;
le rehúye a
tus brazos, pero al mismo tiempo los incita,
porque tus
suspiros la provocan a retozar en tus caderas.
Ahora es
cosa tuya marcarle el paso,
porque esta
pasión desquiciada se mueve al son que le toques,
anda
desaforada, por eso se esconde,
porque si te
llega a encontrar, a solas, sin que nadie lo note,
no habrá
poder de dios que la controle.
Renée López
Bulask
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