La ceniza de
lo que en la noche ardió,
hoy el
viento se lo lleva.
Está solo un
momento fugaz,
en el
infinito del tiempo que todo lo olvida.
Y yo me
aferro a lo eterno sabiendo que en
mi ya no hay
vida.
Sumergido en
el inmenso oscuro,
que me
confunde la noche del día.
Lloro
pidiendo un regalo que he esperado
año tras
año.
Lloro
pidiendo otro entierro porque es lo único
que todos me
han dado.
Y sin
oportunidad de remediar todo lo malo que
hice,
y sin
oportunidad de recibir un abrazo sincero,
me he convertido
en una sombra errante
por no decir
en un espectro cansado.
Porque miro
sin ser observado y toco sin ser percibido.
Grito a
todos los vientos sabiendo que jamás voy
a ser
escuchado.
Por Guiani
Aldana
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