Escribí por montones, era mi secreto, mi escape, sin sentido, era mío,
nada más así.
Una tarde, una de esas que suspiran y provocan lágrimas, sudor y que, en pocos instantes pueden romper tu corazón, encontré una silueta singular en aquella banca donde solía escribir.
Una tarde, una de esas que suspiran y provocan lágrimas, sudor y que, en pocos instantes pueden romper tu corazón, encontré una silueta singular en aquella banca donde solía escribir.